Aluk Todolo-Occult Rock (2012)

Aluk Todolo-Occult Rock (2012)

Un intenso ataque sin misericordia a los sentidos, es como mejor podríamos describir este más reciente disco de los franceses Aluk Todolo, y es que este Occult Rock, titulo apropiado para la música que genera esta enigmática banda europea, o simplemente una llana descripción de lo que vemos en la portada, sea cual fuese el motivo del título, I, título del tema es avasallante y demoledora, con un baterista que atléticamente mantiene el ritmo durante 10 minutos y miren que no debe ser cosa fácil, ya que el ritmo es por demás intenso, Shantidas Riedacker, guitarrista del grupo y el bajista Matthieu Canaguier canalizan sus instrumentos a través de la explosión sonora de la batería a cargo de Hadjioannou, quine sólo se detiene unos segundos, permite que los instrumentos de sus compañeros vibren en solitario unos instantes y después retoma con otra épica pieza, igualmente, enigmáticamente titulada II, que por instantes, me recuerdan aquel rock espacial de los Syd Floyd, en ese juego interesantísimo que hacen de baterías y bajos, en el que la guitarra aparece de manera esporádica, II tiene sus momentos bastante cargados hacia la repetición, pero esto es precisamente la principal intención del grupo, la creación de mantras, de pasajes hipnóticos, de alterar nuestra realidad conduciéndonos por pasajes repetitivos, que después son exaltados hasta la locura por la guitarra de Riedacker y como un extra muy preciado, las intervenciones oportunas del bajo de Canaguier, quien por momentos da muestras de su destreza y el manejo de efectos para dar diversidad a su instrumento y al grupo en general, mientras que Hadjioannou es la piedra sobre la cual se edifica esta catedral de sonido, uno muy oscuro y psicodélico a la vez, con unas alucinantes guitarras casi al final de esta pieza.

III inicia con el grupo en plan caótico, con las guitarras rugiendo en agonía y un Hadjioannou castigando fuertemente sus tambores, la banda aquí en su más fúnebre faceta, levantando posterior a este un ritmo casi marcial, con un Canaguier al frente con un bajo bañado en fuzz, brutal y místico, como casi todo lo que hace este conjunto francés,  con un Riedacker dotando la pieza de las erupciones eléctricas de su guitarra, la cual emite rugidos ensordecedores y tormentosos que poco a poco va metiendo en control a medida que la pieza se va transformando en algo más etéreo, con brutales descargas expelidas por momentos.

IV se caracteriza por elegantes líneas de bajo que van entretejiendo una maraña de oscuridad, con un Riedacker dejando salir el ruido aterrador de su instrumento para aderezar los ejercicios sonoros de Canaguier, IV sería una pieza impensable para una banda cliché de black metal, por lo que es de agradecerse que estos franceses lo usen sólo como una inspiración y como un elemento más en su salvaje investigación sonora, que sea una añadidura a este demencial conjunto de sonidos, ya que a través de este viaje, la banda nos da oportunidad de entrar en su muy particular universo, oscuro, frió y psicodélico, en dónde todo vale, siempre y cuando se haga de manera brutal y en las sombras, ocultos y con un total espíritu trasgresor, como en la opresiva VI, en la bizarrísima VII, un freak out “marca diablo” en verdad, acercándonos a como sonaría una banda de black metal si esta quisiera tocar un tema surf, cosa más disparatada pero que funciona brillantemente.

Uno de esos extraños discos, de dónde un cree que ya sabe lo que vendrá y termina siendo gratamente sorprendido por más, mucho más.

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